20 abr 2011

CASTILLO DE OLIVENZA

El castillo fue levantado por la Orden del Temple a la que Alfonso IX había cedido la aldea como pago por su ayuda en la conquista de la Taifa de Badajoz. Tras pasar a manos portuguesas,  don Dinís lo amuralló en 1298.
 Más tarde, en 1488, Juan II de Portugal ordenó levantar la torre del homenaje, que resultó ser la más alta de Portugal. Tras pasar por manos portuguesas, españolas y francesas, Olivenza pertenece al reino de España desde 1801. Resultó muy dañado durante la guerra de Independencia y por el abandono posterior, pero en 1975, el castillo fue restaurado y se convirtió en sede del museo etnográfico de la ciudad.


Historia

En 1228, el castillo fue recuperado por los templarios de las manos musulmanas. A lo largo del siglo XIII, alternó etapas de dominio portugués con español. En el siglo XVI, por el crecimiento que experimentaba la población, se amplió su perímetro. En 1801, se convirtió en plaza española y, en 1811, los franceses se hicieron con ella, pero fue nuevamente reconquistada: primero por los anglo-portugueses y luego por los españoles.


Es curiosa la inscripción que nos aparece en una lápida colocada hoy en el Ayuntamiento. Esta inscripción surgió con el rey portugués Don Dionis después de que la plaza fuera abandonada por la Orden del Temple en 1306. Hace referencia a la fecha en que fue construido el castillo y al nombre de quien lo mandó edificar.

Descripción

Como elementos defensivos, destacan sus enormes y recias torres sin apenas vanos y con pequeñas aspilleras desde donde se disparaban las flechas. La muralla, del siglo XIV, protegía de la amenaza exterior. Sus muros se caracterizan por su enorme grosor y altura. No hay almenas en los muros pero sí aparecen matacanes defensivos en sus torres.


La torre del homenaje la mandó construir Juan II. Tiene 36 m de longitud y 18 m de lado. Se accede a ella por medio de 17 rampas con cubierta de bóveda. Presenta tres pisos de los cuales destaca el último por su decoración con capiteles y por sus ornamentos arquitectónicos. En la parte superior, se sitúa la terraza con matacanes.


Esta construcción tuvo tres puertas. Destaca la puerta de Alconchel que está formada por dos torreones circulares que enmarcan una puerta con arco de medio punto abovedado; no aparecen elementos decorativos. Otra puerta es la del Calvario que presenta arco de medio punto y que está rematada en un frontón partido en su parte central para albergar elementos ornamentales.

Materiales

Los muros del edificio están hechos en mampostería y los ángulos en sillares bien trabajados y perfectamente escuadrados; esto nos permite distinguir claramente una parte de la otra. El material utilizado es la piedra; sin embargo, en algunas partes del edificio, este material se alterna con el ladrillo que es de clara reminiscencia árabe.

Estado de conservación

A pesar de los avatares históricos que ha tenido pasando de manos portuguesas a españolas y viceversa, el estado en que se encuentra el edificio es bueno. Durante el siglo XIX. En 1975, se abordó su restauración para conseguir la imagen que había tenido en tiempos pasados y para convertirlo en el museo de la ciudad.

Protección

Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.


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