14 oct 2011

EL PAULAR

Madrileño que soy, he tardado en dedicarle una entrada a un monumento de mi provincia.  Según el criterio que he ido tomando para hacer este blog, no me centraré en aquella construcción que todo el mundo reconoce a primera vista como es el caso de el Monasterio de El Escorial, El Valle de los Caídos o la Puerta de Alcalá. No somos muchos los que pondríamos al Real Monasterio de El Paular entre los primeros cinco monumentos de Madrid.
El Real Monasterio de Santa María de El Paular, que ese es su nombre, se sitúa en el madrileño municipio de Rascafría, a los pies de la Sierra de Guadarrama, rodeado de montañas que se elevan por encima de los 2.000 metros.
Fue fundado en 1390 por Juan I de Castilla cumpliendo la orden de su padre Enrique II de Castilla como monasterio cartujo en compensación a la destrucción que su ejército provocó en un monasterio de esa misma orden en la guerra en Francia. Y así funcionó durante casi cinco siglos hasta 1835, cuando la orden Cartuja fue exclaustrada por la desamortización de Mendizábal  . Mas de un siglo de abandono hasta que en  1954 pasó a ser una abadía benedictina.
 El conjunto fue levantado junto a una ermita conocida como Santa María de El Paular que con el tiempo pasaría a ser la Capilla de Nuestra Señora de Montserrat.
 La iglesia tendría un aspecto casi definitivo en tiempos de Isabel la Católica. En ella destaca la magnífica reja que separa los fieles de los monjes obra del  cartujo Francisco de Salamanca y la  sillería del coro, de madera de nogal del siglo XVI. No siempre ha estado allí. Desde 1883 hasta 2003 estuvo en la Basílica de San Francisco el Grande de Madrid. Particular mención merece el retablo, de finales del siglo XV en alabastro policromado. Presenta un excelente estado de conservación.

El claustro vuelve a estar decorado con 52 de las 54 pinturas originales que el pintor real Vicente Carducho realizó para los 54 huecos  de los corredores del claustro (de sorprendentes dimensiones cada uno 3,45 x 3,15). La desamortización los dispersó por diversos museos pero tras un ímprobo trabajo de recuperación este mismo verano han sido colgados en su sitio original. Es la valiosísima "SERIE CARTUJANA" de Vicente Carducho. Los dos que faltan fueron quemados por los republicanos durante la guerra civil.

Tres siglos después de poner la primera piedra, en 1718, la antigua capilla de adoración del Santísimo, fue reformada dando origen a un conjunto de capillas y el tabernáculo. Es por ello de estilo barroco, como barroco es el Sagrario de marmoles de colores variados.
El retablo de la Sala Capitular es también barroco,  obra de Churriguera, con columnas salomónicas.  En el centro destaca la Crucifixión de un gran dramatismo.

La desamortización de Mendizábal de 1835 supuso para el Monasterio de El Paular una  tragedia. Se perdieron la mayor parte de los miles de volúmenes que contenía su biblioteca, retablos, altares y pinturas se dispersaron de penosa manera.

El conjunto cae en abandono hasta que  fue declarado Monumento Nacional en 1876. En 1918 la Dirección General de Bellas Artes creó la «Escuela de Pintores del Paular». Los becados ocupaban las otroras celdas y así resurgió como centro de actividades culturales y deportivas  (Real Sociedad de Alpinismo Peñalara)
Saqueado, profanado y maltrecho por los republicanos durante la guerra civil, quedó en abandono hasta que en 1954 el monasterio fue cedido a la orden de los Benedictinos que son los que en la actualidad se encargan de parte de el conjunto.

 Hay una leyenda según la cual el general Paul Tibbets, el piloto que tiró la primera bomba atómica, vino a vivir como monje a este Monasterio hasta el fín de sus días. Dicen que allí reposan sus restos.

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